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sábado, 12 de mayo de 2018

Nos vamos a Segóbriga. Un paseo por Roma.

Hoy visitamos los alrededores del Parque Arqueológico de Segóbriga, y digo los alrededores, porque la ruta para que fuera realmente un paseo por Roma como pongo en el título, tendría que empezar desde el Parque pero eso lo decidís vosotros, por lo tanto, primero podemos visitar Segóbriga, y luego montar en las bicis, o al contrario, a la llegada hacer la visita.

Y lo primero que nos encontramos al comenzar nuestra ruta es un puente romano y un camino que transcurre por una calzada romana.
Segóbriga.

La ruta la vamos hacer es muy fácil por lo que iremos con los niños. Pero no os fieis, que tiene alguna subida que para ellos es un poco dura, y aunque al final completaron el recorrido, no podéis ir con personas y niños que no hayan ido mucho en bici, porque tendrán algunos tramos de ir a pie.

Puente Romano

En la foro podéis ver el puente romano, pero en la actualidad (2022) han quitado las curvas de la carretera para que pasen los camiones y han hecho un talud, por lo que el puente es mucho más complicado de ver. Podéis fijaros en el mapa la carretera antigua que sigue en activo y la nueva que atraviesa en línea recta todo lo que pilla por delante.

Continuamos por el camino que como he dicho transcurre por el antiguo trazado romano (aunque al principio, el talud de esa horrenda carretera, le quita el encanto que tenía antes, pero en cuanto gira a la izquierda siguiendo paralelo al río Gigüela retoma su encanto). Por el río hay antiguos molinos, pero es difícil de ver y en pocos metros, nos desviamos por una senda a la izquierda, para ver el castillo de Villa Paz. Es una subida complicada para los niños.

Senda de subida hacia el castillo

El castillo-palacio de Villa Pazes de estilo renacentista y plateresco, y es un edificio muy peculiar, porque combina elementos militares como el foso, con otros como por ejemplo el espesor de los muros o elementos ornamentales nada comunes a efectos defensivos. Además, no está situado encima de una gran colina, porque estaba preparado para defenderse con artillería como se puede observar en los restos que quedan.

Aunque parezca muy antiguo, solo tiene 100 años de historia.

Rodeamos el castillo para verlo desde otro ángulo, y podemos ver su planta pentagonal y el foso. Construido con las piedras de las ruinas de la ciudad de Segóbriga, desde aquí se pueden divisar, o mejor dicho, se divisaban más torres y castillos cercanos, que controlaban el camino por donde los comerciantes, ganaderos y agricultores circulaban.


Este castillo lo construyó María de la Paz de Borbón (de ahí su nombre), fue una Infanta de España por nacimiento y princesa de Baviera por su matrimonio con su primo el príncipe Luis Fernando de Baviera. María de la Paz era hija de la reina Isabel II y hermana de Alfonso XII. (Wikipedia). 

En los años 20 pertenece a la Infanta Paz y en los años 50-60 al torero Luís Miguel Dominguín (Que se casó por la iglesia el 16 de octubre de 1955 con Lucía Bose en esta misma finca, aunque ya se habían casado ya en Las Vegas, pero no estaba "bien visto" en aquella época) y ahora es de una sociedad agrícola que explota las tierras.

Puerta donde estaría un paso levadizo.

El castillo actualmente (2018) es privado, y está en ruina. Creo que la Diputación de Cuenca va a hacer alguna que otra inversión para asentar los muros y no se siga hundiendo. Me encantaría poder hacer una actualización de esta entrada diciendo que este monumento, que actualmente está protegido, ha sido restaurado.

Pues han pasado los años, estamos en el 2022 y puedo decir que al castillo le han dado un poco de lustre y ahora luce un poco mejor.

Castillo-Palacio restaurado.



Puerta por donde estaría el paso levadizo restaurada



Seguimos camino bajando por una senda con mucho cuidado hasta otro puente romano que ha sido modificado y ensanchado para que pueda pasar maquinaria agrícola. Como es de suponer, aunque el puente sorprendentemente ha aguantado toneladas y toneladas de peso, está muy dañado.

Puente Romano que se sigue usando.

También puedo decir hoy (2022) que este puente ha sido restaurado. Empezó siendo un puente romano, en la edad media lo rehicieron puesto que en alguna riada el puente fue dañado y ahora en el límite de sus fuerzas se ha reforzado para que no se caiga por causa de las toneladas que pasan por encima de el en forma de maquinaria agrícola.

Puente restaurado

Cambiamos de camino hacia la derecha por uno que casi está perdido (los niños ahí también puede que se tengan que bajar de las bicis). Por el llegamos a otro camino principal donde empieza la subida más larga de la ruta, donde los niños también se van a quejar, y una vez arriba, si miramos a nuestro alrededor estaremos rodeados de encinas, es un espacio protegido, porque ese paisaje es el típico mediterráneo. Así era el paisaje cuando los romanos y anteriormente los pueblos indígenas se asentaban es nuestras tierras. Pero claro, necesitaban leña para sustentarse, para calentarse, para hacer funcionar los hornos, etc. Y fueron desforestando el territorio.

Bajamos por una fuerte pendiente hasta la carretera, aquí es donde los niños disfrutan, y después de unos metros nos salimos de ella por otro camino. Todo esto son pequeñas subidas y bajadas donde los más pequeños van a sufrir un poquito.

Llegamos hasta un vértice geodésico donde podemos ver el castillo de Puebla de Almenara. Este vértice indica una posición geográfica exacta. Tres puntos geodésicos forman una red que sirve para ayudar a los militares a elaborar mapas topográficos a escala. Actualmente, aunque tenemos satélites no logran captar exactamente la forma de nuestra corteza. Son los drones los que en un futuro muy cercano si puedan reproducir las curvas de la tierra.


Continuamos, y las encinas o carrascas se convierten en tierras de labor, pero si miramos, podemos observar que entre los campos hay como mojones. Y así es, pero no se llaman así, son miliarios romanos, que indican las distancias. Exactamente entre uno y otro hay una milla romana. Normalmente los encontramos en las calzadas, pero esta vez las vemos entre los campos para separar unas fincas de otras, y sorprendentemente, si nos fijamos siguen siendo funcionales, las tierras siguen separadas y se estructuran según los romanos lo hicieron hace cientos de años.

Miliarios entre los campos.
Y por fin pisamos una auténtica calzada romana. En muy mal estado, y con la bici en algunos puntos un poco complicada de atravesar, aunque los niños la bajaron entusiasmados. Se puede respirar un aire diferente, un ambiente extraño, nos estamos adentrando a un bosque donde podría haber hadas.


En las culturas indígenas anteriores a los romanos se supone que podría ser un bosque sagrado. Pero llegaron de Roma, y en vez de conquistar y arrasar, convirtieron esas creencias en suyas, algo similar a lo que hizo la religión católica, que sustituyo creencias, lugares y personas por las suyas.



Esas hadas y ese bosque donde no se podía tener ningún tipo de aprovechamiento humano, (al ser un bosque sagrado) lo tuvieron que transformar para poder utilizar la cantera sin que los habitantes se enfadaran, y construyeron un santuario a la Diosa Diana, Diosa de la Caza, protectora de la naturaleza, al lado de la cantera de donde sacaron el material para construir Segóbriga. Problema solucionado.

Cantera de Segóbriga.

Finalizaríamos la ruta siguiendo por la misma calzada, que evidentemente, llega a la ciudad de Segóbriga, (podemos ver las antiguas murallas de la ciudad, pero como hemos dicho anteriormente, una valla nos lo impide y por eso, giramos a la derecha por una senda que va bordeando el río Gigüela hasta encontrarnos un camino y llegar al punto de partida. 

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